Hola a todes. Les comparto aquí parte de mi reflexión, que no la había hecho, pero justo con la invitación de Zulma, me sentí llamada a hacerla.
Al ver mi experiencia en el papel, tuve dos sensaciones: primero, asombrarme por todo lo que hice en el día, y segundo, ver que como el día mismo, estuvo un poco desordenado (jeje), sin mucha planeación a decir verdad.
Si bien al principio me asusté con el papel en blanco y luego con el resultado (que quizá no es tan pulcro u ordenado como la expectativa que tenía en mi cabecita), me di la posibilidad de valorar las cosas que me gustaron y los aciertos creativos. Por ejemplo: haber logrado trabajar en grande, solo en negro y explorar más con texto. De igual forma, vi las oportunidades que tengo para trabajar y pulir, como: definir mis estilos de escritura, priorizar -menos es más-, y jugar con el orden en el lienzo.
Disfruté jugar con los textos y pensar en cómo comunicar mi experiencia para que fuera clara y concreta. No sé si lo logré, pero por lo menos sé que hice el intento.
El ejercicio me recordó que todo tiene el potencial de ser documentado gráficamente, y creo que eso en mi trabajo me serviría mucho. Así que, una vez retome labores, comenzaré a hacerlo. También en lo personal me permitió ver en qué invierto mi tiempo, y qué puedo hacer diferente. Me gustó ver, que finalmente, después de tanta resistencia y temores, lo pude resolver y es acorde con mi proceso de aprendizaje. Ahora, ¡a seguir practicando e integrando las lecciones! 🙂